miércoles, 20 de marzo de 2013

Hoy en el parque

Esta mañana estaba durmiendo en mi sofá, en medio de un parque y paralizado. De pronto un montón de niños de la escuela salían corriendo alrededor para hacer la práctica del colegio que consistía en arreglar arados hechos de tablones, engancharlos a los tractores arrancarlos y salir corriendo en ellos a modo de carrera. El dueño de los tractores me vio ahí durmiendo y al reconocerme como padre que soy de dos de sus alumnos me ofreció un trozo de carne roja de buey "¡Para los chicos! ¡que se alimenten!" dijo, me levanté interesado y apartó un toldo al lado de uno de los tractores descubriendo un montón enorme de carne para cortarme un filete con mi cuchillo de cocina. En cuanto descubrió la carne, una de las ovejas que pasaba por allí se lanzó enseguida hacia ella con ansias por devorarla; cogí mi filete para llevarlo a casa y la oveja me atacó mordiéndome la mano para arrebatármelo ante el estupor de los presentes. Ha sido entonces cuando he oído su risa en el descansillo y una llamada a la puerta de tres golpes secos, he podido abrir los ojos, estaba despierto pero seguía paralizado y no tenía la menor intención de abrir la puerta para descubrir que no sólo el recuerdo de su risa se había vuelto agridulce si no que además había tenido una especie de alucinación auditiva.